Pensando en la clase del martes pasado,me quedó muy grabada la imagen del Ío, la mujer que es constantemente perseguida por un abejorro (en realidad es un tábano). Recordé la sensación que tuve la última vez que fui a acampar en el sur y casi al final de la caminata por la montaña me empezaron a atacar varios tábanos: una sensación de desesperación total: corría sacudiendo los brazos y la cabeza y gritaba como una loca y cuando parecía que se habían ido,paraba de correr y otra vez el ruidito, y en ese instante la sensación de una ira repentina, al escuchar otra vez, bzzzzzzzzzzzzzzz ese sonido de tábano que sabés que te va a picar si no lo espantás y hay veces que se posan sin que te des cuenta y de golpe: Ahhhh! ese dolor de la picadura del tábano que dura varios días. Desesperante.
Creo que es un castigo muy cruel, en el momento en el aula lo relacioné a la mujer y su lugar en la sociedad griega. Yo había entendido que Zeus era quién había castigado a Ío, pero parece que la que envió el castigo del tábano a Ío fue Hera, porque Zeus la había engañado con ella. La sensación se transformó y ahora me causó gracia el giro, porque lo asocié a las relaciones actuales, que por infidelidad o celos, algunas mujeres inventan/hacen cosas loquísimas para vengar una "traición" o algo por el estilo. Pasé de ver a la mujer como víctima a verla como victimaria.
Saludos!
Sofía
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Fuente:
http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%8Do_(mitolog%C3%ADa)
Ío
Mitología
El dios Zeus se le presentaba en sueños incitándola a que le entregara su cuerpo en el lago de Lerna: «Oh virgen de Júpiter digna y que feliz con tu lecho, ignoro a quién has de servir».[1] Cuando la joven le contó esto a su padre, Ínaco fue a consultar al oráculo, que le aconsejó que la expulsara de su casa o Zeus aniquilaría con su rayo a toda su estirpe. Ínaco obedeció y fingió no saber nada de su hija, pero al poco tiempo se arrepintió y envió a Cirno para que la buscase. Éste llegó hasta Caria, y al no encontrarla se instaló allí por miedo a regresar sin cumplir su misión. Lo mismo ocurrió con Lirco, enviado también por Ínaco y que terminó habitando en Caria y casándose con la hija del rey Cauno.
Mientras tanto, Ío se había entregado a Zeus, pero fueron sorprendidos por Hera, que vigilaba a su marido carcomida por los celos. El dios, para salvar a la joven, la convirtió en una ternera blanca. Hera le exigió al esposo que se la entregase y ordenó al gigante de cien ojos Argos Panoptes que la vigilara.
Pero Zeus encargó a Hermes que rescatase a su amada. Lo guió transformado en pájaro hasta el árbol donde Argos la tenía atada y Hermes durmió al guardián con su flauta, matándolo con una piedra afilada cuando se cerraron todos sus ojos. En recompensa por sus servicios Hera puso los ojos de su servidor en la cola del pavo real, su pájaro favorito, y clamó venganza. Ató a los cuernos de la ternera un tábano que la picaba sin cesar y que obligó a Io a huir corriendo por el mundo sin rumbo fijo. Así atormentada atravesó el mar Jónico, que recibió de ella su nombre, recorrió Iliria, Tracia y el Cáucaso, donde encontró a Prometeo encadenado y prosiguió por África, topándose con las Grayas y las gorgonas.
El final del viaje fue Egipto, donde encontró descanso y fue devuelta a la condición de mujer por las caricias de Zeus. De ambos nació Épafo, a orillas del Nilo. Entonces Hera ordenó a los curetes que le trajeran al recién nacido. Habiéndolo conseguido, fueron castigados por Zeus, que los aniquiló por cumplir las crueles órdenes de su esposa. Entonces comenzó la segunda peregrinación de Io, esta vez en busca de su hijo. Lo encontró por fin en Siria, donde lo amamantaba Astarté o Saosis, la esposa del rey Malcandro de Biblos.
Ya con su hijo en brazos, regresó a Egipto, donde se casó con Telégono, que gobernaba entonces esa región. Por esto Epafo llegó a heredar la corona del país del Nilo, siendo según el mito el fundador de la ciudad de Menfis y el ancestro común de los libios, los etíopes, y de gran parte de los reinos griegos.
También Io era la ascendiente de la estirpe de los bizantinos, a través de Ceróesa, la hija que tuvo de Zeus en el lugar donde posteriormente se levantaría esta ciudad.
Io construyó una estatua de la diosa Deméter, que en Egipto era llamada Isis. Con el tiempo ella misma recibió ese nombre, y terminó siendo deificada por su amante Zeus. Se le atribuía un gran conocimiento de las hierbas medicinales, incluida la de la inmortalidad.
Convidááaááá´´aááá´´aáááá´´aáá´´aaáá´deja de flashearla SOFIA DIXIT
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